Una buena dieta ayuda a prevenir “aproximadamente un tercio de los cánceres más comunes en Estados Unidos”, según el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer. Esto resalta la importancia de evitar alimentos específicos asociados con un riesgo elevado de cáncer. Estos son cinco ejemplos de dichos alimentos:
El riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas se ha asociado con las carnes procesadas. Las muertes prematuras podrían evitarse reduciendo el consumo.
Plásticos y revestimientos de latas fabricados con bisfenol A (BPA), que está relacionado con el cáncer y otros problemas de salud.
Los nitritos y nitratos, que están presentes en los alimentos curados y ahumados, pueden reaccionar con el calor para producir sustancias químicas que podrían provocar cáncer.
El revestimiento de las bolsas de palomitas de maíz para microondas contiene PFOA, que está asociado con varios tipos de cáncer.
Los alimentos genéticamente modificados tratados con herbicidas pueden aumentar el riesgo de cáncer.
Azúcar: algunos cánceres se han asociado con dietas ricas en azúcar.
El peligro de desarrollar cáncer de mama se duplica cuando se consumen aceites hidrogenados.
Los refrescos azucarados y endulzados artificialmente se asocian con un mayor riesgo de cáncer.
Aislado de proteína de soja: la mayoría de la soja cultivada en los Estados Unidos está modificada genéticamente, lo que genera preocupación sobre su potencial para estimular el crecimiento del cáncer.
La harina blanca tratada químicamente se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer de pulmón.
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